TÍTULO: La intuición de leer, la intención de narrar
AUTOR: Rodolfo Castro
ILUSTRADOR: Ninguno
EDITORIAL: Paidós
EDICIÓN: Primera
AÑO: 2002
LUGAR: México
TRADUCCIÓN: Ninguna
ISBN: 9789688534991
RESEÑA REALIZADA POR: Cyntia Irais Trujillo López
Este libro nos lleva a un sitio más profundo que el de las certezas, dogmas, guías o reglas, nos sitúa en las experiencias, recuerdos y sobre todo a las intuiciones del autor y también cuentero Rodolfo Castro; nos topamos de frente con el niño, el adolescente y el adulto que se vuelca sincero y desparpajado, a contarnos parte de su camino lector, va tejiendo ante nuestros ojos las enseñanzas que su paso por los libros, salones de clase, auditorios y por sí mismo, está dispuesto a compartir con aquel que emprenda el oficio de lector, mediador o narrador oral.
“Percibir el mundo con todos los sentidos, dejarse sorprender, emocionarse, indignarse, y, ante todo, hacerle caso a la intuición. La de leer. La de narrar. La de vivir. “
El autor nunca deja de lado la singularidad en el oficio de leer, así, sin un método preestablecido va dejando en claro que el cuestionamiento, la duda, la autocrítica es algo que deberá permanecer constante para aquel que desee disfrutar la lectura; nos hace mirar que el oficio de mediador difícilmente se logra sin el paso primigenio de ser lector.
“Disponerse a leer un libro puede no ser más que un pretexto para leerse a uno mismo sin ser molestado”
Castro le apuesta a la lectura que nos resuena, que evoca a través de los signos, que fabrica su propia magia en conjunción con el lector. Son las lecturas “fundacionales” como él las nombra, estas que hacemos con todos nuestros sentidos, pues al final de cuentas “somos lecto-narradores de tiempo completo” y no estamos suscritos a la existencia del libro.
A la base de la experiencia lectora se encuentra un lector lúdico, intuitivo, impredecible, mágico e irracional, que se construye a sí mismo, prodigándose las experiencias intuitivas con la lectura, con las palabras, con la propia voz y el cuerpo, de esta manera puede llegar poco a poco a la lectura en voz alta, que es ese cable a tierra con este mundo. La lectura en voz alta y la narración, también se nos develan como la posibilidad de conferirle movimiento a las palabras, de transmutarla para provocar algún entusiasmo en el lector, que a su vez trate de compartir esa sensación con los demás y puede que ahí se alberge el contagio de la lectura.
Sin duda alguna es de una enorme valía este libro, donde su autor nos ha compartido a través de sus recuerdos, sus hallazgos, en la búsqueda de una manera propia de narrar, llevándonos por sus caminos, ahora nuestros; de la intuición de leer a la intención de narrar.
Un texto imperdible en el ejercicio profundo de comprender el oficio del narrador oral, del cuentero, de aquel que goza con compartir y divulgar la literatura.
